Ya una vez en la clase, y tras decidir que no podía decirle a la gente directamente que sabía que los polacos eran extraterrestres, les planteé a los alumnos una pregunta a modo de asignatura extraña: "¿Qué haríais en caso de que los extraterrestres se infiltraran entre nosotros?". Como nadie respondía, intenté empezar de otra manera: "Mirad", les dije, "yo no soy muy de alienígenas ni nada, pero...". En ese momento uno de los oyentes, que era precisamente uno de mis amigos, me interrumpió: "¿Cómo que no? ¡Si te encantan!". "Sí, sí", reafirmó otra persona, "¡y los viajes en el tiempo!". Estaban minando mi argumentación casi antes de empezarla. No pude aguantar más, y pasando totalmente por alto el hecho de que me considerarían loco, se lo grité: ¡Los polacos son extraterrestres!
Supuesto lugar de procedencia de los polacos
Por extraño que parezca, nadie me creyó (siempre hay por lo menos un alguien dispuesto a creer, ¿no es así?). En ese momento entendí a tantos que habían sido considerados locos por sus increíbles declaraciones, y les compadecí. Sin embargo yo no soy capaz de enfrentarme a la sociedad con lo que yo mismo reconocía como ideas absurdas y sin contrastar. Así que pronto emborroné mis extraños recuerdos y volví al redil de la realidad pactada. Presenté aquella historia como un sueño, y hasta la escribí en Internet para mis amigos, como algo gracioso. Pero entonces más de uno comenzó a decir que ellos también habían notado algo alienígena en los polacos. Y eso sí que me fastidia, porque ahora no puedo dejar de pensar que, cada vez que hablan en ese idioma inteligible, los polacos pueden estar tramando algo, mientras yo, y otros, que en el fondo sabemos la verdad de lo que son y lo que quieren, no hacemos nada por evitarlo.