2 Escucha a lo que has leído. Un ritmo defectuoso en un fragmento de diálogo puede mostrar que todavía no entiendes a los personajes suficientemente bien como para escribir en sus voces.
3 Lee las Cartas de John Keats.
4 Relee, reescribe, relee, reescribe. Si todavía no funciona, tíralo. Sienta bien, y no querrás estar saturado con los cadáveres de poemas e historias que tienen de todo excepto la vida que necesitan.
5 Aprende poemas de memoria.
6 Únete a organizaciones profesionales que hagan avanzar los derechos colectivos de los autores.
7 Un problema con un trozo de escritura normalmente se clarifica solo si te das un largo paseo.
8 Si temes que cuidar de tus hijos y tu hogar perjudicará tu escritura, piensa en J.G. Ballard. (N.d.T.: ni idea de por qué).
9 No te preocupes por la posteridad – como Larkin (nada sentimental) observó: "Lo que nos sobrevivirá es el amor".